
Valleyguard Amstaffs Kennel - Vak


Historia del American Staffordshire Terrier
Hace unos setenta millones de años, después de la repentina y rápida desaparición de los grandes reptiles que dominaron la Tierra durante miles de siglos, en nuestro planeta se desarrollaron otras especies de seres vivos, como lo son, los mamíferos, y, entre estos, las primeras variedades de cánidos. Eran animales de formas muy diferentes; algunos eran parecidos al oso, otros recordaban a la hiena actual o tenían más similitudes con el gato que con el perro actual.
Todas estas especies desaparecieron a lo largo de un proceso de selección que duró varios milenios, hasta que, hace sesenta millones de años, apareció en Europa y en Asia una variedad de cánidos que muchos estudiosos consideran como el primer antepasado del perro moderno. Se le denominó “Cynodictis” y parece ser que vivió en la Tierra durante unos veinte millones de años, es decir, durante todo el período Mioceno.
Los descendientes de este lejano antepasado fueron el “Daphoenus”, el “Mesocyon”, el “Cynodesmus” y el “Tomarctus”. Hace aproximadamente diez millones de años, llegó a Europa, Asia y Africa el “Canis” del cual derivó hace cincuenta mil años el “Canis Lupus”, que los expertos consideran el antecesor directo de todos los perros que existen hoy en día.
Se cree que las primeras domesticaciones tuvieron lugar quince mil años atrás, y que se iniciaron como un proceso natural, estimuladas por la utilidad recíproca que descubrieron el perro y el hombre en distintas formas de cooperación.
A medida que se fue desarrollando la convivencia entre el perro y el hombre, este último fue aprendiendo las características de su compañero que facilitaban las distintas tareas que le eran asignadas.
Esbeltos y veloces, los perros de caza a vista, antepasados de los lebreles actuales; trotadores infatigables, los perros de pastor; colosales y potentes, los perros de guerra y los guardianes, a los cuales se confiaba la función de luchar al lado de los ejércitos y la vigilancia de las propiedades y de la vida de los dueños.
Se sabe que en Asia existían unos perros de talla imponente y de coraje indómito que no dudaban un instante en atacar animales más feroces. De ellos nos han llegado vestigios arqueológicos e informaciones escritas, entre las que cabe citar las de Marco Polo, el gran aventurero italiano célebre por sus expediciones a Oriente. Se dice que estos formidables animales eran originarios del Tíbet y que, por distintas corrientes migratorias (propiciadas por los fenicios), se extendieron por toda Europa. Probablemente los fenicios también los introdujeron en las Islas Británicas, en donde se cruzaron con otros perros autóctonos y dieron lugar al predecesor del bulldog moderno, un perro (dog) utilizado en las peleas de toros (bull).
Este tipo de competición nació oficialmente en 1920, después de que Lord Stamford presenciara, desde su castillo, una pelea entre dos mastines propiedad de un carnicero y un toro que acababa de disputarse violentamente una hembra con un congénere .
Los perros acosaron y abatieron al toro, después de una furiosa lucha, y la escena complació tanto al señor del lugar que regaló el terreno en donde había tenido lugar la pelea al gremio de carniceros, a cambio de que le enfrentamiento se repitiera una vez por año.
Con el paso del tiempo las peleas entre perros se modificaron; si al principio tenía que enfrentarse al toro y derrotarlo en el menor tiempo posible, más tarde se empezaron a instigar varios perros al mismo tiempo, y ganaba el que efectuaba en primer lugar , una presa de una duración determinada. Para ello se utilizaban perros muy ágiles y de dimensiones mucho menores que la de los antiguos bulldog.
Otro tipo de pelea que alcanzó una gran difusión, era el enfrentamiento entre perros y otros animales, como osos, asnos, monos, tejones, ratas y, naturalmente, otros perros. Para este tipo de peleas era fundamental la agilidad, y los poderosos aunque pesados bulldog , no podían con perros mucho más rápidos. Por esta razón en el siglo XVIII era habitual aparear ejemplares de bulldog y de terrier, en un intento de obtener perros cada vez más rápidos.
Todo ello ocurría sin unas directrices concretas en la cría, ya que el único criterio era obtener los mejores resultados en las peleas.
Los ejemplares obtenidos cruzando bulldog y terrier se denominaban con varios nombres, como bull and terrier, pit dog (del término inglés “pit”, que inidica el recinto donde tenían lugar los combates), half and half o pit bull terrier , y tenían características muy dispares según el tipo de perros empleados en los cruces.
Los animales de talla mayor se utilizaban contra adversarios mucho más grandes: toros, osos, asnos e incluso leones; los de talla mediana contra otros perros, o contra tejones y monos; finalmente, los de talla pequeña se utilizaban en un tipo de combate muy en boga en los siglos XVIII y XIX, el “rating ”, en el que el perro debía capturar y dar muerte al mayor número posible de ratones, en el menor tiempo posible. Se cuenta que en 1823 un pequeño bull-and-terrier, de nombre Billy, mató 100 ratones en sólo cinco minutos y medio.
En 1835, en Inglaterra se promulgó una ley que prohibía las peleas entre animales, lo cual motivó el rápido declive del bulldog, a partir de entonces inutilizable, el desarrollo de razas más pequeñas pero con la misma valentía, la misma fuerza y la misma resistencia al dolor. Estos animales se emplearon en combates clandestinos con rivales de talla pequeña, ya que de este modo era más fácil eludir los controles de la policía.
El peso del perro, que al principio podía oscilar entre 16 y 60 kg., se redujo a los 10-25 kg., siempre buscando una buena combinación de agilidad y potencia.
Un gran criador de bull-and-terrier fue James Hinks, que a mediados del siglo pasado utilizó el bull-and-terrier, el viejo old english white terrier (actualmente extinguido) y otras razas cuya identidad mantuvo en secreto, y logró ejemplares homogéneos, de color predominantemente blanco y de gran belleza y fuerza. Hinks obtuvo el reconocimiento del Kennel Club inglés e hizo oficial la raza que él mismo había criado con el nombre todavía existente de bullterrier.
El Nacimiento del American Staffordshire Terrier
Tal como se puede intuir por el nombre, el American Staffordshire Terrier desciende de los Staffordshire Bullterrier que desembarcaron en el nuevo continente con los colonos ingleses que emigraron para hacer fortuna.
Eran perros bastante diferentes entre sí, que se utilizaban en las peleas de perros, actividad que en las nuevas colonias tenía una gran aceptación.
Además del Staffordshire Bullterrier, también llegaron a América muchas otras variedades de perros empleados para distintas labores, y entre ellas figuraban los legendarios Blue Paul Terrier, cuyo nombre se dice procede del célebre pirata escocés Paul Jones, que los había utilizado en sus enfrentamientos con notable éxito; estos perros, de temperamento feroz y combativo, normalmente eran de un color gris azulado que, según parece, Paul Jones apreciaba especialmente.
Eran animales de mayor corpulencia que los Staffordshire Bullterrier , que alcanzaban los 50 cm de altura y un peso de 24 kg. Hoy en día los Blue Paul Terrier están extinguidos , pero en muchos American Staffordshire Terrier todavía aparece el manto gris azulado de sus antepasados lejanos.
En el continente americano los perros importados de Inglaterra y destinados a las peleas recibían el apelativo de pit bull o pit bull terrier, por los mismos motivos que ya hemos explicado en el caso del stafford. A los criadores no les interesaba el aspecto o la belleza de los perros, ya que sólo querían ejemplares capacitados para la lucha y para vencer.
En la cría se utilizaron también otros perros, algunos de ellos autóctonos, otros importados de los países de origen de un número cada vez mayor de colonos que llegaba de todas partes del mundo.
Los American Staffordshire Terrier tenían, y todavía tienen, una talla mayor que los Staffordshire Bullterrier y se utilizaban también para la caza de animales salvajes y peligrosos, como perros de boyero y como guardianes de las propiedades.
A finales del siglo XIX, en muchos estados norteamericanos se ilegalizaron las peleas entre animales y hasta 1898 la raza fue denominada de muchas maneras: pit bull, american pit bull, yankee terrier, half and half, pit bulldog, blue paul, etc.; estos nombres eran utilizados indistintamente en las distintas regiones en donde se criaban estos perros.
La confusión persistió hasta 1936, año en que la raza fue reconocida oficialmente por el American Kennel Club.
Una fecha fundamental en la historia del “Amstaff ” (abreviación para referirse a la raza) fue 1880, año en que Charlie Lloyd, llamado Cockey, importó de Inglaterra dos Stafford magníficos: Paddy y Pilot.
Estos dos animales fueron luchadores excepcionales que no cosecharon ninguna derrota a lo largo de sus carreras. Además, poseían una belleza y tipicidad fuera de lo normal. Su fama se convirtió en leyenda, y fueron cabezas de estirpe de muchas e importantes líneas de sangre, que todavía hoy se encuentran en los mejores “Amstaff ”, como “X-pert “ y “Ruffian “.
En 1898 C.Z. Bennet fundó el United Kennel Club, y registró con el número uno a su perro Bennet´s Ring como American Pit Bullterrier. A partir de aquel momento se prohibieron los cruces de ejemplares reconocidos con perros de otras razas, y los otros nombres utilizados para denominar estos perros fueron desapareciendo paulatinamente.
La raza se hizo pronto muy popular y se extendió por todo el país, iniciando su viaje por la historia de la cinofília que la ha llevado hasta nosotros.
Muchos aficionados empezaron a criar amstaff por su temperamento, no por su ferocidad en los combates. No tardaron en darse cuenta de que las posibilidades de utilización de la raza podían ser mayores, y empezaron a surgir círculos de criadores y simpatizantes. En 1921 el señor Dunable fundó en Clay Center (Kansas) el American Bull Terrier Club, que elaboró un primer esbozo de estándar que es la base del que actualmente está en vigor.
En 1930 el American Kennel Club (organismo afiliado a la Federación Cinológica Internacional) no aceptó registrar la raza con el nombre de american bullterrier, ya que el Bullterrier Club de América se opuso a ello. Por otro lado, Will Judy, el conocido editor de la revista Dog World , intentó que la raza fuera reconocida con el nombre de Yankee Terrier , aunque sin éxito. Sin embargo, su empeño le valió el honor de ocupar el cargo de vicepresidente vitalicio del Staffordshire Terrier Club of América (STCA).
Al haber sido reconocido el 1935 el staffordshire bullterrier, el American kennel Club (AKC), que consideró al amstaff como un pariente próximo del stafford inglés decidió reconocer la raza con el nombre de staffordshire terrier. Esto tuvo lugar en junio de 1936,y el 1º de julio del año siguiente se publicó oficialmente el primer Libro de Orígenes de la raza. En agosto del mismo año fue regsitrado el primer ejemplar que se llamaba Farmer´s Snuggles Up. Muchos perros, que para obtener un reconocimiento habían sido registrados en otras organizaciones no oficiales, como elya citado United Kennel Club (UKC) y la American Dog Breeders Association (ADBA), que desde 1909 había homologado la raza pit bullterrier, presentaron solicitudes para ser inscriptos también en el AKC.
El 30 de agosto de 1936 se celebró el NorthBrook Kennel Club Show en donde la raza fue expuesta por primera vez en un certamen homologado por el AKC. Allí Charles J. Doyle exhibió el macho Doyle´s Shiner. Doyle fue un gran criador que contribuyó, junto con otros aficionados, en la difusión de la raza y en la mejora de sus características. Tanto su criadero Tacoma, como los de X-Pert y Ruffian forman parte de la historia del American Staffordshire Terrier, y sus líneas de sangre están presentes en los mejores ejemplares modernos.
El primer campeón UKC fue Maher´s Captain D, en 1937.
El mismísimo Presidente Roosevelt fue un gran admirador de la raza, que crió apasionadamente. Otro factor que repercutió en la popularidad de los amstaff fue la aparición de varios ejemplares en películas de cine mudo. Un buen ejemplo lo constituye Pete , un american staffordshire terrier, que llegó a actuar en diversas series televisivas.
Varios amstaff fueron protagonistas de acciones heroicas durante la primera y la segunda guerra mundial, y algunos de ellos fueron incluso condecorados. Un perro famoso fue Stubby, que salvó a toda una división del ejército americano advirtiendo de la inminencia de un bombardeo de gas.
También actuó como mensajero, en patrullas de rescate, y en cierta ocasión detuvo con la amenaza de sus terribles dientes a un espía enemigo, a quien custodió hasta la llegada de los soldados. Sus gestas le valieron honores, medallas e incluso el grado de sargento.
Una vez finalizada la segunda guerra mundial, la raza se fue imponiendo gracias a su maravilloso carácter y a sus excepcionales dotes psíquicas y físicas.
Llegamos así a 1972, año en que el primer staffordshire bullterrier fue importado por los norteamericanos. En aquella fecha, el AKC decidió modificar el nombre de la raza en american staffordshire terrier, añadiendo el término american para diferenciarlo claramente de su pariente inglés.
En octubre de 1974 se inició el registro de ejemplares en el Libro de Orígenes con este nombre y, en 1975, el AKC reconoció también al staffordshire bullterrier. En 1988 la asociación oficial de la raza, el Staffordshire Terrier Club of America, cambió su propio nombre por el de American Staffordshire Terrier Club.
El Carácter del American Staffordshire Terrier
Es sin duda el tema mas interesante a la vez que polémico que rodea a nuestra raza. Como dijo un amigo mio, el AMSTAFF es caracter, es decir, no se concibe un buen ejemplar de la raza sin caracter. Cuando hablo de caracter, no quiero que se confunda con agresividad gratuita e injustificada del perro en cualquier situación, todo lo contrario, ya que si el AMSTAFF hemos dicho que es caracter también debe ser equilibrio en igual medida.
Para describir como debe ser el caracter de un ejemplar típico, podemos empezar diciendo que el AMSTAFF es un perro que no provoca ni ejerce dominancia sobre sus congeneres pero que no tolera ningún gesto que pueda considerar una amenaza o le pueda resultar extraño del otro perro, en cuyo caso su respuesta puede ser letal para su congenere, ya que no existe ningún perro (a excepción de los perros de presa) capaz de resistir el ataque de un AMSTAFF. Por todo esto es aconsejable no dejar nunca sin control nuestro AMSTAFF ya sea macho o hembra, ya que si se encuentra con algun perro de su mismo sexo y de actitud dominante, la pelea está asegurada y la vida del otro perro correrá serio peligro.
Desgraciadamente, hoy en dia es habitual ver como lo único importante a la hora de cruzar dos AMSTAFF es el numero de títulos o logros en exposiciones de belleza que poseen los perros, sobre todo el macho a cruzar, ya que también es tristemente habitual ver como se menosprecia a la madre de la camada, siendo lo único importante que el macho sea un campeón de belleza. Con todas estas actitudes lo unico que vamos a conseguir es desnaturalizar la raza y lograr perros muy hermosos y carentes de su mítico caracter, pilar fundamental sobre el que se ha de construir nuestra raza.
El AMSTAFF es un terrier, esto quiere decir que debe ser en general un perro activo y atento a todo lo que ocurre a su alrededor, no obstante no debemos olvidar que ademas de tener origenes terrier, el AMSTAFF tiene origenes de perro tipo bulldog y por tanto es lógico encontrar ejemplares con un caracter bull mas acentuado que otros mas terrier; Además se suelen diferenciar en su conformación física, ya que el AMSTAFF que se comporta mas terrier suele ser un animal mas fino, al contrario que los tipo bull que son mas masivos a la vez que tranquilos.
Para terminar con este comentario sobre el comportamiento y el caracter del AMSTAFF decir, que al igual que ocurre con las personas, cada perro es y se comporta de manera diferente ya que el comportamiento de cada perro depende de multiples factores, empezando por el ambiente en el que se mueve y del que aprende. Es aquí donde entra la influencia que sobre el AMSTAFF ejerce su dueño, el cual va a tener gran parte de culpa del caracter y comportamiento de su perro. Todo lo comentado en anteriores parrafos se refiere a individuos equilibrados y criados en ambientes adecuados, sin dueños subnormales que vuelven loco a su AMSTAFF que lo único que desea es agradar a su dueño.
Ha sido utilizado durante siglos en los combates. El temperamento que se ha formado es fuerte y determinado mientras que la agresividad, aunque se encuentre en estado latente, si se despierta por una mala educación, puede manifestarse de manera imprevisible. Las extraordinarias cualidades de fuerza y potencia, con respecto a su talla, hacen que estos perros sean muy peligrosos si se les induce a la pelea. Por lo tanto en ningún caso habrá que estimular su instinto de lucha, que ya de por sí es bastante desarrollado. Para tener un buen compañero un miembro de la familia simpático, seguro y equilibrado en cualquier circunstancia, fiel amigo de los niños, que sepa convivir pacientemente con otros animales, se le debe erradicar desde pequeño cualquier impulso agresivo, y se le acostumbrará a relacionarse con otros animales, sobre todo con perros. Como última advertencia hay que destacar que nunca debe dejarse un ejemplar solo y sin vigilancia con perros del mismo sexo, sobre todo si son machos. En el caso que se desee tener más de uno, lo mejor será pensar en otra raza mucho más apacible, que seguro dará menos problemas.
Para definir el carácter del Amstaff no hay otro adjetivo que no sea “increíble”. Como ya hemos visto, se trata de una raza de antiguos orígenes formada mediante una selección orientada a privilegiar la valentía, la ferocidad, la potencia y la rabia destructora, sin tener en cuenta el carácter y el ánimo del perro. Milagrosamente al finalizar su carrera de luchador, el Amstaff ha manifestado la más extraordinaria y apreciada de todas sus cualidades: el carácter.
La lealtad y la honestidad son sus características más destacadas. La mirada es directa y fiera, igual que el comportamiento. Nunca traicionará la confianza depositada en él y hará todo lo posible para contentar a su dueño. Con los niños es de una delicadeza conmovedora, igual que con los otros pequeños animales de la casa que se le ha enseñado a respetar. Es capaz de elaborar auténticos razonamientos que sorprenden al observador más escéptico.
Su valor no conoce límites, pero no es un temerario inconsciente, y sólo reacciona si se lo provoca. Es potente, equilibrado, obediente, muy cariñoso y cuando se da el caso puede ser temible; pero quien conoce bien la raza, sabe que puede fiarse de él. Como guardián es atento y si ve obligado a pasar a la acción, las consecuencias para el incauto agresor pueden ser de suma gravedad. Se adiestra muy fácilmente y se emplea en las disciplinas más dispares con óptimos resultados.
Ha sido utilizado, como perro de guardia, de defensa (especialidad en la que ha obtenido los más codiciados títulos en EEUU), de socorro, lazarillo, para caza mayor, como auxiliar en el ejército realizando tareas de mensajero y asalto (en las que ha obtenido varias distinciones al mérito en la última guerra mundial), como boyero y conductor de rebaños; también ha destacado en la “Pet Therapy”, como ayudante en el tratamiento psicológico de individuos con dificultades y concurso de arrastre de pesos (en 1983 un ejemplar de esta raza arrastró 1650 kilos es decir ¡ 55 veces su peso!). Todo lo expuesto puede parecer inverosímil y por esto nos gustaría narrar algunos hechos verídicos.
En 1986 un Amstaff de nombre Guthrie salvó a su dueña de la agresión de una serpiente venenosa, interponiendo la cabeza en el momento del ataque del reptil, siendo mordido él mismo. Otro salvó a su joven dueño, que había quedado atrapado en el interior de la casa en llamas, entrando y arrastrándolo antes de que las paredes se desmoronaran. Un joven Amstaf fue filmado mientras intentaba recuperar un bastón caído en una piscina haciendo con la pata una ola que lo empujaba hacia él. Al final cuando el bastón estuvo cerca, utilizó otro palo para atrarlo. En 1985, Daubi Barica, llamado “The Duke”, fue distinguido con una medalla de oro por haber sacado de un automóvil en llamas a su joven dueño. Un cachorro de Amstaff fue filmado mientras intentaba sustraer un juguete a un ejemplar adulto; visto el poco éxito de los primeros intentos fue a buscar otro juguete y lo ofreció a su amigo que, enternecido, aceptó el intercambio.
Un excelente criador de la raza, invitó a un amigo a su casa para ver sus ejemplares. Uno de ellos era Sonny, un macho que tenía dos años de edad. Ambos se hicieron amigos muy rápidamente y, movidos por la simpatía recíproca, trajo unas protecciones de adiestramiento para jugar un rato. El invitado le dejó que diera unos cuantos tirones y luego lo hizo volar por los aires; a continuación fingieron fugas y persecuciones, hasta que ya cansado dio por finalizado el juego. Entonces el dueño ordenó a Sonny que subiera al coche familiar en el que solía viajar e invitó al visitante a que se acercara al mismo y se sentara en la parte posterior con la puerta abierta. Luego se levantó nuevamente y su amigo le dio una orden seca a Sonny (“¡Guardia!”) y cerro la puerta de auto. Luego le propuso al visitante que se volviera a acercar y fue entonces cuando Sonny le gruñó terroríficamente. Todo el vehículo traqueteaba por la furia en su tentativa de defensa; nadie en el mundo hubiera sido capaz de entrar, y él tampoco, por descontado. A continuación el dueño le pidió al invitado que abriera la puerta y que entrara. Este le preguntó si se había vuelto loco y se negó a hacerlo. Ante su nueva insistencia y después de dudar bastante, mientras Sonny repetía la defensa, abrió la puerta con gran aprensión y vio que Sonny, sin dejar de gruñir, retrocedía hacia los asientos traseros. Gruñía y movía la cola, sacudiendo la cabeza; le estaba dando a entender que no debía sobrepasar aquel límite, pero no lo habría atacado; ¡en el fondo era su amigo!. Su dueño me confirmó que si un extraño hubiera hecho lo mismo, no hubiera salido entero del coche. Esto es pues lo que entiendo por inteligencia, lealtad, devoción, responsabilidad e interpretación de las situaciones, cuando hablo del Amstaff.
Este es el Amstaff, un amigo con el que se puede contar siempre. Para esta raza son válidas las recomendaciones de no azuzar nunca al perro, especialmente de cachorro, contra otras personas o animales, ya que su instinto atávico para la lucha podría salir a flote y convertir nuestro perro en un animal peligroso.
Ya se ha comprobado que cuando se presenta la ocasión, incluso el Amstaff más manso asumirá con determinación y dureza la defensa de sus protegidos.
Otro aspecto que debe tenerse en cuenta es que no ha de dejarse el perro suelto en donde haya otros cuyo comportamiento se desconoce, sobre todo si son machos y de la misma raza, ya que el resultado puede ser imprevisible. Observemos a nuestro Amstaff cuando esté con otros perros. Si alguno lo provoca más de la cuenta, no tardará en alzar la cola, recta sobre la espalda. Cuando la cola esté erguida como el asta de una bandera, será preciso tomar las debidas precauciones porque en pocos instantes nuestro amigo reaccionará a la provocación con un ataque fulminante e invencible.
En cambio, no existe ningún problema con los niños. Soporta pacientemente todas las travesuras y los juegos más pesados. Para que el Amstaf, en particular el macho, de lo mejor de sí mismo, necesita un dueño que sepa valorar y cuidar sus dotes físicas y psíquicas, y que tenga un carácter decidido y leal.
Los animales de esta raza pueden vivir en casa o al aire libre, pero prefieren estar al lado de sus dueños.
Para mantener la forma física, sobre todo si vive en un departamento, el Amstaff tiene que realizar largos paseos, siempre con correa, para desarrollar musculatura.
El American Staffordshire Terrier es un perro bello, con líneas armoniosas y a la vez poderosas, con pelo raso que no requiere ningún acicalado y es por naturaleza un animal limpio y que no emana olores desagradables.
El temperamento decidido y fogoso, unido a una gran inteligencia, a la predisposición por el trabajo y a la extraordinaria potencia, hacen de él un perro adaptable a todas las personas y todas las circunstancias.
Datos recopilados por Marcelo Gustavo del Valle CEO de Valleyguard Amstaffs Kennel
(Libro: El American Staffordshire Terrier de Umberto Cuomo de 1985)





